Viejos vicios [Paula, libre]

Conseguir empleo, listo. Ahora solo tenía que arreglar mis cosas...algo que con sinceridad mucho no me apetecía. Estaría horas acomodando ropa, víveres y demás. Wooo genial. Pensé con sarcasmo, mientras iba a la cafetería. No había pegado ojo en la noche anterior, y es que cada vez que me estaba durmiendo ¡BUM! Un bache. La señora que roncaba plácidamente atrás mio tampoco colaboraba. Todo eso era motivo más que suficiente para volver a un viejo vicio mio, la cafeína. Justamente por eso lo primero que quise ubicar allí fue la cafetería, actualmente vacía. Me senté e una mesa y tomé el precioso contenido de la pequeña taza blanca.

(estaba en cafeteria porque mama me habia dejado alli y vi a un chico llegar creo que era medico me ecerque a el)-hola ¿como te llamas (pregunte con una voz inocente y muy curiosa)

En dos tragos la taza ya estaba vacía. Que bestia lo mio, presupuesto en café y auriculares. Me fundiría de aquí a breves. Me giré al escuchar el sonido de la puerta al abrirse. Entro una niña pequeña y adorable. Le sonreí. Se acercó la pequeña rubiecita. Me llamo Luca ¿Y tú? ¿Qué hace una pequeñita como tu aquí? Le pregunté con curiosidad, agachándome hasta llegar a su altura.

-yo me llamo paula y estoy aqui porque mi madre trabaja aqui y me trajo a aqui para un zumito (dije mientras miraba hacia donde estaban los zumos)-pero no hay ningun camarero (dije sentada en una silla en su mesa)

Paula, Paula...Ya andaría preguntando para la próxima si alguien tenía una hija llamada Paula, tenía que ser alguien rubia, o tal vez habría salido al padre. Tras el comentario de la niña, me giré haca el sitio donde debería de estar algún dependiente. Me erguí para observar mejor, el camarero estaba allí, pero parecía hasta camuflado. Se levantó rápidamente tirando un vaso que se encontraba en el borde de la barra, con precario equilibrio. Creo que... se solucionó el problema

-gracias (dije contenta ya tenia al zumo)

Con que facilidad se ponían contentos los niños...Solo un zumo y ya sonreían. Y uno precisaba un coche, una casa, empleo fijo, un buen salario, situación sentimental estable, etc para poder decir que estaba contento y feliz. Dime Paula ¿Quien es tu mami? Pregunté. Tal vez la pobre mujer la perdía de vista en algún momento y yo..podría ayudarle si le conocía el nombre por lo menos. Sabía que los niños eran expertos en extraviarse hasta en armarios. No les culpaba, era al curiosidad propia de su edad.

-se llama leire y trabaja de medico ,curando a la gente malita

Leire. Murmuré, como si así me fuera a ser más sencillo memorizar el nombre. Es muy noble lo que hace tu mamá. Dije, con una pequeña sonrisa, ser médico era algo bastante sacrificado, pero a mucha gente realmente le gustaba ¿Y tu piensas ser como tu mamá Paula? ¿Quieres curar a la gente malita? Pregunté. Muchos niños decían yo quiero ser igual a mi padre/madre cuando crezca. Tal vez futuramente sería una compañera...Hum lo dudaba, yo ya no estaría allí para ese entonces.

-si quiero ser medico y curar a la gente malita