Primer dia de trabajo (Chris)

Llegué al hospital que me había llevado mis investigaciones buscando a una mujer y entré dirigiéndome a recepción, pude ver a una chica muy guapa y sonreí amablemente para que me atendiera pero decidí hablar, normalmente sacaba la placa cuando buscaba a gente pero esta vez era distinto, ya que no era por mi trabajo sino por mi padre que en paz descanse me lo pidió. -Disculpe, ¿trabaja aquí una mujer llamada Marta Gómez? necesito hablar con ella. Dije sonriendo aún con amabilidad admirando sus ojos pero desvié mi mirada viendo a otras personas ya que no podía mantener mi mirada en ella porque me sentía raro, por lo que esperé su respuesta intentando mirarla pero varios de sus rasgos ya que ver que me miraba a los ojos sentía que me iba a dar algo.

Sonreí amablemente al ver que borró su sonrisa con lo bonita que era, pero decidí centrarme porque me perdía con tan solo verla. -No se preocupe, tranquila, tengo una carta de mi padre, me pidió antes de fallecer que se la entregara a Marta, pero como usted es su hija, supongo que podrá entregársela usted de parte de mi padre, bueno, supongo que con leer la carta lo entenderá. Dije sonriendo y saqué la carte del bolsillo interno izquierda de mi chaqueta de cuero negro y se la entregué. -Tome, en un principio pedí el traslado a España para buscar a su madre, y hoy tengo el día libre, soy subinspector de policía, encantado. Dije sonriendo y estirando el brazo para darle la mano mientras intentaba no distraerme al contemplar su rostro, era muy guapa y empezaba a distraerme, quizás deba irme ya aunque no sabría que hacer, no tengo ni idea de lo que hay en esa carta salvo... lo que sentía mi padre por su madre antes de conocer a mamá.

Me sonrojé cuando me correspondió el apretón de manos y sonreí amablemente mirándola a los ojos. -Entiendo, me alegra saber que ya cumplí lo que mi padre me pidió, su última voluntad, que en paz descanse. Dije un poco serio y triste al pensar en mi familia, padres y hermanos, todos muertos y yo seguía aquí vivo, sin saber porque. -¿Te gustaría... que saliéramos a tomar algo? para conocernos mejor, ya sabes, puedo contarte de lo que trata la carta de mi padre a tu madre, supongo que no le importará porque seguro que tu madre te lo contaría, bueno, si quieres, si estás ocupada pues nada, supongo que nos veríamos en otro momento. Dije sonriendo amablemente aún algo sonrojado y esperé su respuesta, tenía ganas de escuchar que le apetecía, que salía ya o en un rato, pero si no quería supongo que me marcharía por donde me había venido.

Sonreí levemente por lo que decía de mi padre y negué con la cabeza. -No te preocupes, tranquila, ya lo superé. Dije sonriendo más ampliamente al escuchar lo que decía sobre que empezaba su turno de descanso y que podríamos vernos luego también cuando saliera y me sentí más feliz. -Claro, me alegrará verte luego también, esperaré impaciente cuando vuelvas al trabajo. Sonreí mirándola y me sonrojé por lo que dije, esperaba que no lo malinterpretara, entonces esperé a que ella dijera algo para reunirme con ella en algún lugar para charlar.

Sonreí escuchando lo que me decía y asentí para ir a la cafetería y luego oí y recordé que tenía razón, aún no le había dicho mi nombre. -Cierto, perdona, me llamo Chris. Dije sonriendo mientras la miraba a los ojos sintiendo como me perdía en ellos, además podía notar como mi corazón latía con fuerza, era la primera vez que me sentía así, quizás era esto a lo que llamaban amor pero antes querría averiguarlo, comprobar lo que en verdad sentía por ella pero no tenía ni idea de como, quizás en algún punto de nuestra conversación podría descubrir que es lo que siento y porque, pero ya tenía una ligera idea de lo que era..

Sonreí escuchándola y asentí sonriendo y sonrojado. -Gracias, el tuyo también es muy bonito, supongo que en mi país sería Sophie. Dije sonriendo ya que el nombre me sonaba a ese. -Por cierto, soy de Lawrence, Kansas, buen, nací allí, pedí el traslado aquí por la carta y de paso quedarme aquí un tiempo, aunque estaba pensando en quedarme, es un sitio muy bonito y me gusta este país. Dije sonriendo y sonrojado intentando no mirarla a los ojos mientras nos dirigíamos a la cafetería y cuando llegué vi que tenían unas puertas de cristal que se abrían al detectar el movimiento y dejé pasar a Sofía primero mientras veía su rostro, me sonrojé como nunca antes pero intenté disimular inútilmente creyendo que funcionaba, mirándola a ella no sabia donde mirar, era muy guapa y perfecta mirara a donde mirara.

Sonreí escuchándola al saber que hablaba inglés igual que yo y me sonrojé pensando que podíamos estar juntos, hablábamos perfectamente castellano e inglés y nos entenderíamos muy bien. -Pues si quieres, puedo llamarte Sophie, supongo que seré el único que te llame así. Dije sonriendo y luego vi al entrar como ella buscaba una mesa y después escuché lo que me decía sobre que me enseñaría Madrid y asentí. -Claro, mientras esté contigo no me importará. Dije sonriendo y pensé en lo que había dicho, quizás se daría cuenta de que en realidad me gustaba, tendría que tener cuidado aunque tampoco es que fuera nada malo que lo supiese pero podría cambiar algo entre nosotros y a peor, eso es lo que temía, empezaba a gustarme Sofía y mucho, tenía que tranquilizarme e intentaré en otro momento confesarme, ahora sería inútil, nos acabábamos de conocer aunque podía reconocer que fue amor a primera vista porque no me apetecía mirar a nadie más, solo quería mirarla a ella, la verdad es que reconocía que me gustaba pero ahora mismo no tenía el valor de decírselo, pero si esperase me la podrían quitar, supongo que tenía que saber primer si tenía novio y si no a alguien en mente.

Sonriendo mientras la miraba asentí al buen sitio que dijo y me acerqué a una silla apartándola de la mesa para que se sentara ella y sonriendo decidí preguntar. -Por curiosidad, ¿no se pondrá celoso tu chico? que si prefieres quedar con él no te preocupes, ya me enseñarás Madrid otro día, tranquila. Dije sonriendo suponiendo como una chica agradable y buena, además de hermosa tendrá a alguien, eso seguro, la desgracia siempre me apuntaba y no esperaba tampoco en que esta vez la fortuna me sonriera, nunca lo hizo y no iba a empezar ahora, al parecer no aparecía en su lista, ya me hice la idea y tenía que pensar en lo único que tenía y que no debía perder, mi trabajo y mis compañeros en las oficinas.

Me alegré al saber que no tenía novio, al parecer tenía una oportunidad, y eso me ponía feliz, entonces escuché lo que dijo y sonreí. -Pues aunque te parezca increíble no tengo, estuve tan ocupado con los estudios y luego con los casos... ni siquiera dejo que me acompañen, no quiero perder a nadie más, ya perdí... a mi familia. Dije un poco triste y serio al pensar en que no me quedaba ningún familiar vivo, por lo que pasaba sin nadie las fiestas y esas cosas, aburrido en casa, pero sonreí levemente alzando la vista y mirándola a los ojos sentándome en frente de ella. -Pero no te preocupes, estoy bien, prefiero no tener a nadie que tenerlo y perderlo, las personas que me rodeaban acabaron por irse a un lugar al que no puedo ir, pero mejor cambio de tema, ¿cómo es que no tienes novio? me parece increíble, de verdad, ojala pudiera tener una oportunidad así. Dije pensando en si se había notado o simplemente pensaría en otras cosas, ahora mismo no sabía que decir por lo que esperé a que respondiese.

Sonreí mirándola y me sonrojé cuando me preguntó a que me refería, en realidad me refería a ella y por suerte no se ha dado cuenta. -Bueno... no se como decirlo, que ojala tuviera yo la oportunidad de salir con alguien como tú, aunque hace nada que nos conocemos, seguro que nos llevaremos muy bien, eso quería decir. Sonreí mirándola a los ojos pensando en porque no se lo decía, aunque era normal, demasiado pronto, normalmente tenía que dejar pasar el tiempo a ver que tal va nuestra amistad pero en el fondo de mi corazón tenía miedo de que me la quitasen.

Sonreí escuchándola y me sonrojé cuando me miraba directamente a los ojos pero entonces vino el camarero y ella pidió café con leche, entonces miré y pensé un poco. -Yo quiero lo mismo y un croissant. Sonreí mirándola entonces y pensando en como decirle que quería salir con ella, que querría pasar más tiempo con ella, que no me importaba el tiempo que nos conocíamos, que quería conocerla más, que mi tiempo quería dedicárselo a ella pero no sabía de que manera, ojala pudiera leerme la mente porque no tenía ni idea de hacer saber a ella lo que estaba sintiendo en mi interior.

Sonreí mirándola a los ojos y miraba en ocasiones alrededor buscando al camarero pensando en cuanto tardaba, a ratos miraba a Sofía que se veía tan guapa, no sabía porque me sentía así ni pensaba esas cosas, normalmente veía a todas las chicas igual pero ella era distinta, por lo que me aclaré la garganta para decir algo y romper el silencio. -Sophie... si alguna vez me necesitaras, que sepas que puedes contar conmigo. Dije sonriendo levemente y escribiendo en un trozo de servilleta mi número, entonces se lo entregué sonriendo, aunque no era exactamente eso lo que quería decirle. -Aunque si quieres... quedar... algún día... para tomar algo, en tus días libres si quieres, pero si prefieres hacer otras cosas que malgastar el tiempo quedando conmigo lo entendería, no importa. Dije sonriendo levemente y busqué de nuevo con la mirada al camarero pensando donde demonios se había metido, comenzaba a sonrojarme, no sabía si quería saber su respuesta, aunque quería escucharla tenía miedo de que me rechazara, aunque no le dije nada en realidad, solo quedar, podría pensar que quiero ser su amigo aunque quisiera en verdad ser algo más, algo mucho más importante para ella que un simple amigo.