Mostrando Madrid (Chris)

Fui al parque del retiro donde me había citado con Sofía, me llamó para quedar allí a una hora concreta y cuando se iba acercando me iba poniendo más nervioso pero decidí ir allí y esperar, pero como no tenía mucha idea del lugar, fui preguntando hasta que encontré el sitio, pude ver lo más hermoso que había visto nunca al lado de una estatua, obviamente me refería a Sofía, la estatua no estaba mal, pero mejor sería si fuera a imagen de ella, por lo que me acerqué mirándola y la saludé con la mano hasta que pude acariciar su brazo mientras le daba un beso tierno y dulce en sus preciosos labios, pensé entonces como sería el beso de despedida, aunque no quería despedirme de ella nunca, y algún día ya que hacía nada que nos conocíamos, podríamos dormir juntos, abrazados, sintiendo el calor del otro, compartir las sábanas, y sobre todo tener el mismo espacio.

Sonreí escuchándola y pensé en las personas a las que pregunté para llegar aquí y asentí mirándola. -Pues la verdad es que sí, me perdí un poco. Dije sonriendo mientras pasaba mi brazo por detrás de su espalda sin dejar de mirarla y sonriendo aún. -Pero ahora estamos juntos de nuevo. Dije sonriendo y acariciando su espalda, alcé la otra mano para acariciar su mejilla y comencé a besarla de nuevo con suavidad y dulzura y bajé lentamente acariciando su mejilla con delicadeza hasta su cuello.

Sonreí escuchándola tras el beso y acaricié una vez más su mejilla con dulzura admirando sus preciosos ojos. -Mejor guíame tú, sabes que no conozco nada prácticamente. Dije sonriendo mientras acaricié su espalda y esperé a que ella decidiera hacia donde ir, y mientras la miraba me fijé que estaba algo distinta, como si se hubiera puesto más guapa aunque antes también lo estaba. -Estás muy guapa Sophie, aunque antes también mi enfermera sexy. Dije susurrando eso último y le di un beso en su mejilla.

Sonreí mirándola y escuché lo que me iba diciendo, entendía que no podría visitar madrid entero en un solo día pero no me importaba, en realidad solo me apetecía estar con ella, quizás lo de que me enseñara un poco la ciudad solo era para pasar más tiempo a su lado y tampoco quería ocultarle nada, sobre todo ahora que éramos pareja. -Si te soy sincero... lo único que quería era pasar más tiempo contigo, me sentía tan bien contigo que quería seguir estando a tu lado, por lo que no tienes porque enseñarme madrid, puedo quedarme a vivir aquí para siempre para poder estar contigo, quisiera permanecer siempre a tu lado. Dije sonriendo mientras pensaba en como se sentiría, lo que pensaría de mi, no podía ocultarle nada, y le diría absolutamente todo de mi vida, no quería tener ni un solo secreto con ella.

Sonreí escuchando lo que me decía, me gustaba tanto ella que su voz me hipnotizaba y sus ojos exactamente igual, por lo que mirándola y me sonrojé cuando dijo que me quería decidí responder igual. -Yo también te quiero, la verdad es que ahora que te conozco aunque sea desde hace muy poco, dudo que pueda vivir sin ti, y eso de vivir conmigo me había sonado a vivir juntos bajo el mismo techo pero quizás algún día, o cuando quieras. Dije sonriendo y seguí el beso dulcemente sintiendo su mano en mi nuca y cogiéndola de las caderas pegándola más a mi sin soltarla y jugando con nuestras lenguas sintiendo la suya haciéndome realmente feliz al notar mi corazón latir con intensidad por ella.

Escuché lo que me decía y asentí sonriendo. -Mejor dime a donde vamos, o simplemente llévame a algún sitio en especial, un lugar que te guste y así pasar el rato juntos, si quieres, es que no soy de aquí y sabes que no conozco gran cosa, solo sé donde estoy ahora, mi casa y la comisaría, tengo que adaptarme más, por eso prefiero que tú me enseñes poco a poco en nuestras citas llevándome a lugares interesantes. Dije sonriendo mientras acercándome de nuevo a ella y la besé de nuevo dulcemente y me separé tras unos segundos acaricié su mejilla con delicadeza y la miré sonriendo.

Escuché lo que decía y sonreí asintiendo, me parecía bien ir a comer ya que yo empezaba a tener algo de hambre. -Me parece bien, vamos a comer algo, y si quieres cuando tengamos vacaciones podriamos ir a un hotel juntos a pasar un fin de semana, o una semana, como prefieras, si quieres claro. Dije sonriendo y esperé su respuesta caminando a su lado y acaricié su espalda con mi mano y sin esperar le di un beso en su mejilla y seguí caminando tranquilamente pero sonrojado esperando su respuesta.

Sonreí mientras la escuchaba sobre un hotel y que podía ser en su casa, además de que no había que esperar a vacaciones, lo que me hizo sonrojar más al pensarlo. -¿Es una invitación a vivir contigo? Pregunté curioso mientras pensaba que podría ser así o simplemente lo podría estar malinterpretando, no sabía a que se refería pero si podía quedarme en su casa sería la razón perfecta por la que despertar cada mañana, y más aún si lo primero que vería sería a ella.

Sonreí al escucharla, al parecer le gustaría que fuera a vivir con ella y me sonrojé pensándolo y la abracé cariñosamente acariciando su espalda. -Muchas gracias, entonces... luego podríamos pasar por mi apartamento y recoger poca cosa, vamos a tu casa y ya mañana acabaría de mudarme contigo, y mi piso lo alquilo, así ganaremos algo de dinero. Dije sonriendo y me despegué de ella pero con mi brazo aún por detrás de ella y le di un beso dulce y tierno aunque corto en sus preciosos labios y decidí seguir para que me llevara al bar, ya tenía ganas de estar en su casa y estaba nervioso por eso, desde luego pasaría la mejor noche de mi vida, y lo sabía porque estaría a su lado y la vería nada más despertar y eso me hacía más feliz aún.

Sonreí escuchándola y asentí, ya que tenía razón en cuanto al dinero, hacía mucha falta y no estaría nada mal tener siempre un poco más para comprar algún capricho, entonces mirándola a los ojos sonriendo mientras caminábamos, lleguemos al bar y miré desde fuera, parecía estar bien, entonces abrí la puerta para que pasara primero y sonriendo mientras la miraba acerqué mis labios a su oído para susurrarla. -Te quiero. Dije en tono dulce y la besé dulcemente para luego separarme y esperar a que entrara ella primero mientras no paraba de sonreír admirando sus ojos.

Sonreí al escuchar que me respondió igual y me sonrojé, entonces al dejarla pasar primero, la miré sonriendo y ella me cogió la mano arrastrándome suavemente hasta una mesa vacía en una esquina con cierta privacidad y sonreí mirándola, entonces justo a su lado cogí una silla esperando que se sentara para empujarle un poco la silla y miré sonriendo. -Un lugar perfecto Sophie. Dije sonriendo mientras esperaba que se sentara además de volver a escuchar su dulce voz.

Sonreí escuchándola mientras se sentó y me puse delante de ella mirándola a los ojos y sonrojándome por lo bella que era, entonces pensando en un tema de conversación sin dejar de mirarla pero desvié la mirada ya que era tan hermosa que no me sentía digno de estar ante ella pero me alegraba saber y me hacía feliz de que estuviera conmigo y me amara, entonces acerqué mis manos a las suyas y las acaricié entre las mías. -Te quiero Sophie, estar contigo... me haces feliz y espero hacer lo mismo por ti. Dije sonriendo mientras acerqué una de sus manos a mis labios y la besé dulcemente el dorso de ambas manos.