terminando mi turno (Raquel, libre)

Eran las 2 de la tarde acababa de terminar mi turno,al llegar a las taquillas cogí mi toalla y me metí en la ducha, una ducha calentita me venia bien, tras una buena ducha me comencé a secar cada parte pensando en que estaba muy bien con Monica llevaba un día con ella y estaba muy feliz, era como la primera vez que nos enamoramos en las taquillas nos dimos el primer beso, me termine de secar y comencé a vestirme con los calzoncillos luego el pantalón y iba a ponerme la camisetas, ahora era feliz y nada lo iba a estropear, es mas mis compañeros lo notaban que estaba enamorado otra vez.

Ayer no fue mi día, precisamente. Entré de mañana, pero a causa de un accidente he salido hoy sobre las 8 de la mañana. Para rematar la inesperdada guardia, son las 2 de la tarde, y ya estoy otra vez entrando por la puerta porque tengo turno de tarde.
Al entrar por el muelle, un equipo del SAMUR entra cuando estoy fichando. Traen a un chico atropellado por un coche. Estába consciente, pero tenía varias fracturas. Les digo que le lleven a rayos y que me esperen un momento, que me tenía que cambiar.
Envié a una enfermera para allí, de camino a los vestuarios, y tras indicarle qué calmantes ponerle y qué otras pruebas hacerle para asegurarnos de que no había lesiones internas, le di las gracias y entré al vestuario.

Tras dar un par de toquecitos en la puerta - para evitar interrumpir ciertos actos que no sería la primera vez que los veo allí - giro la manecilla y entro dentro. Solo está Javi, con su taquilla abierta y poniéndose la camisa. Cierro la puerta y me dirijo a mi taquilla, que está en frente de la suya, y le saludo mientras poso el bolso en el banco, saco la llave y la abro.
- Hola Javi, ¿Ya acabaste el turno?, ¿Cómo ha ido la mañana? -
Abro la puertecita, y saco el pijama azul y en fonendo y empiezo a cambiarme de ropa.

Cuando Raquel me saludo yo le devuelvo el saludo, mientras me ponía la camisa, me dice que si ya acabe el turno y que como me había ido el día yo con una sonrisa y contento le digo. - Hola Raquel. Dije sonriendo y con cara de felicidad ya que volvía a estar enamorado. - Si acabo de terminar mi turno, la verdad que a sido una mañana tranquila, aunque he operado a un chico de una pierna que la tenia totalmente destrozada, pero a parte de eso unas cuantos pequeñas fracturas. Comento a Raquel mientras me abrochaba los botones. - Veo que tu acabas de llegar ¿no?. Dije sonriendo mientras me abrocho los botones de la camisa.

Afirmo con la cabeza cuando me dice cómo le ha ido la mañana. Al parecer no ha habido mucho movimiento, vaya suerte. Si es que, es llegar yo, y se ponen de acuerdo las urgencias para llegar.
- Bueno, entonces veo que tu mañana parece que ha sido más tranquila de lo que será mi tarde. Hice ayer a la noche guardia, y estoy molida...Pero bueno, las ambulancias me quieren tanto que es entrar yo por la puerta, y ya me traen un paciente para que no me aburra nada. Acaba de entrar un señor atropellado, no parecía muy grave, pero me procupaban bastante las piernas. He pedido ya las pruebas, y a cruzar los dedos para que no haya habido lesión en la médula. -
Madre mía, me enrollo como una persiana. Me quito el jersey y me quedo con la camiseta de tirantes de debajo, y me pongo por encima la del pijama. Después me quito los pantalones para ponerme también los del uniforme y, finalmente, me cuelgo el fonendo al cuello.
- ¡Se te ve muy alegre a ti hoy! Bueno, lógico; ya acabaste y ahora para casita...Te envidio, yo o me meto luego café intravenoso o dudo mucho aguantar todo el turno. -
Me río y sonrío yo también mientras doblo la ropa para guardarla en la taquilla.

Escucho lo que comento Raquel mientras me termino de abrochar los botones, y comentaba ella que ayer tarde había echo guardia y estaba molida y que veía que había tenido un turno tranquilo eso parecía porque según comentaba nada mas entrar y entro un paciente que parecía heridas muy graves. - Espero que tengas suerte con tu primer paciente de tu turno. Dije mirándole luego digo. - Si a parte del turno, es que vuelvo a estar enamorado, y eso me hace feliz y también me dieron la custodia de mi hijo, así que ya vez.

- Gracias, eso espero. Como te digo, mientras no se haya lesionado la médula, yo creo que todo irá bien. -
Me cuelgo la llave al cuello, que llevo a modo de gargantilla, tras acabar de colocar las cosas y cerrar la taquilla. Después le oigo decir lo del hijo y lo del nuevo amor y le sonrío.
- ¿La custodia del peque? Me alegro Javi, ¡Enhorabuena! Debéis estar pasándolo en grande ahora los dos. Después de lo difícil que fue conseguirla, aprovechad mucho, mucho. -
En verdad me alegraba. Recuerdo cuando estábamos casados, cómo añoraba a su hijo. Aunque se llamasen, no era lo mismo. Y es cierto que ahora vive con él, se le ve más feliz.
- ¡Vaya! ¿Y encima nueva chica? Jobar, ¡todo genial por lo que veo! Va, cuéntame, ¿Quién es la afortunada? -
Sonrío y miro hacia la puerta que se acaba de abrir. Entra la enfermera a la que mandé con el paciente y me trae los resultados de la resonancia.
- Doctora Castaño, la resonancia de Francisco. Está su residente con él, ha ido a pedir quirófano y le subirá al terminar todas las pruebas al preoperatorio.- Le doy las gracias en cuanto sale de los vestuarios, y miro la resonancia a trasluz.
- Mierda...- Es lo único que acierto a decir en cuanto la veo.
Como sé que mi residente está con él, me vuelvo hacia Javi, por continuar nuestra conversación tras la pequeña pausa.

Escuche a Raquel diciéndome que gracias que eso esperaba, escuche también decir que se alegraba de que me hubieran dado la custodia la verdad era una cosa muy esperaba. - Gracias la verdad es que el esta muy contento conmigo y le gusta que le compre los juguetes y eso, vamos estoy encantado con el. Dije mientras le miro y cuando me dice que todo me iba genial que quien era la afortunada.- Si ya vez ahora todo me va bien, y afortunada es Monica del samur, hace unos años estuve casado con el pero nos separamos y ahora volvemos a estar enamorados. Dije ya con mi chaqueta negra puesta encima de la camisa y cerrando mi taquilla mientras salia con ella de los vestuarios con mi maletín, cuando escuche que dijo mierda. - ¿ Que pasa?. Le pregunte al escucharla.

- Sí, bueno, los juguetes y los niños siempre combinan bien, es obvio. Todos cuando somos pequeños adoramos jugar, ley de vida. - Me encojo de hombros mirándole y sonrío.

- Sí, sé quién es Mónica, sé que estuvísteis casados y eso...- Le miro un tanto extrañada. Vale que estuve de baja un tiempo, pero vamos, me acuerdo de mis compañeros, y de todos sus matrimonios. Pero bueno, sonrío.

- Pues me alegro mucho de que todo vaya bien, y oye, que duréis mucho. - Mi expresión en la cara cambia cuando me pregunta qué ha pasado.
- Lo que me temía, hay una lesión en la médula, no imposible de operar, pero casi. Lo pasaré a neurología, a ver si tiene suerte y puede volver a ponerse en pie. -

Escuchaba lo que dijo sobre que ella sabia quien era, y que los juguetes y los niños siempre congeniaban luego me dijo que era lo que se temía una lesión en la médula, mientras estaba con mi maletín en uno de los lados, sabia que esos casos eran de lo mas duro así que le dije como consejo de amigo. - Raquel si me necesitas o lo que sea para la operación o algo me llamas. Dije refiriéndome al teléfono móvil.