Malito (? (Vero, Ana)

Ya con el verano que acaba  de llegar se me ha crecido el apetito por el maíz hervido y con sal encima de él. Mi hermana ha comprado y ha preparado riquísimo. Llego de la escuela y me huele demasiado bien así que asalto la cocina para ir por maíz. Cojo uno caliente de la olla, le echo sal encima y me pongo a comérmelo. Cuando termino me dio sed así que abro la nevera y como no sé lo que pasa, cojo suero de la leche, es la leche después de dejarse un ratito antes de hacerse crema y es muy buena. Bebo directamente de la nevera después de haber comido maíz. Luego me pongo a jugar a la consola, pero siento dolores en el estómago. – Joder… - Corro al baño para hacer diarrea xD. Si alguien entra en la casa, huele a diarrea xD

Pero ¿a quién se le ocurre beber leche después de comer maíz? Es normal que me diera la diarrea. Después de quedarme un buen tiempo en el baño y con la panza enferma, me levanto de encima de la taza, me limpio el culo, me baño y después salgo del baño. ¿Ronquidos? Ana no ha llegado seguramente y las niñas no roncan xD. Voy al salón y me encuentro con Vero. Sonrío diabólicamente pensando asustarla. Me acerco lentamente a ella y cojo una flor que estaba en un florero. Me pongo a acariciarle la nariz con eso conteniendo la risa.

Las cosquillas que le hice con la planta la despertaron, pero le provocaron una caída. Si Ana se entera es capaz de castigarme así que dejo la planta y me acerco a ella. – Hey, ¿estás bien? – Le doy la mano como todo buen caballero que soy para que se levante.

Todavía sigo riendo porque la caída la hizo por mi culpa. – No pensé que te asustarías por una planta. Eres miedosa jajaja – Rio y le doy la mano. – Claro – La ayudo a levantarse y ponerse nuevamente en el sofá.

Parece que no es tan mala como la pensaba. De hecho estaba celoso porque me quita a mi hermana, pero no es que me la quita si no que gane otra hermana más. Cuando se levanta sonrío asintiendo cuando dijo lo de nuestro secreto. – Está bien – Veo sangre en la parte lateral de su cuerpo. – Pues… ¿Qué te hiciste? No me digas que fue tan fuerte el golpe. Si quieres, llamo a mi hermana, aunque puedo curarte yo solo. Mi hermana es solamente una sencilla policía. Además de que vi como curan los médicos al hospital. – Le digo.

Me dijo que ya tenía referente a lo de la sangre a lo que enarco una ceja. – Pues ¿Qué es lo que tienes? Digo, para saber cómo tratarte. Creo que tendré que ponerte una gaza. – Le dije con una sonrisa mirando su herida.

Pero ¡que descarada puede ser! Entiendo que los médicos pueden ver cuerpos humanos, pero aun no soy médico. De todos modos me ofrecí a curarla así que eso mismo iba a hacer. Miro su herida y cojo un poco de algodón para pasárselo por allí con un poco de crema. - ¿Qué te pasó? No me gusta para nada eso, aunque están pasando tus moretones. Creo que deberías ir al Hospital. Allí hay médicos buenos. O bueno, tú misma lo eres aunque no sé qué especialidad tienes. – Termino de curarla. – Ya está. – Sonrío. – Por cierto, me caes bien bueno excepto lo de enseñarme tu cuerpo que soy chico jajaja – Rio.

La miro atentamente. Enarco una ceja cuando dijo aquello. Parece que no es tan mala como yo la pensaba. - ¿Curarte? ¿Qué es lo que te sucede? – Sonrío mirándola con ternura. Es demasiado guapa, pero por lo que veo no le gustan los chicos. – Pues seguramente te lo dirían más – Sonrío.